Pack Nutrición y suavidad
Este pack combina el cuidado esencial para tus manos y rostro, ofreciendo una solución completa para mantener tu piel hidratada y protegida a lo largo del día. La Crema de Manos nutre intensamente, reparando la piel seca y agrietada mientras protege contra los daños ambientales. Por otro lado, la Crema Hidratante Facial aporta una hidratación profunda y duradera, mejorando la elasticidad y promoviendo la regeneración celular para una piel más firme y rejuvenecida. Juntas, estas cremas ofrecen un tratamiento integral que asegura manos suaves y rostro radiante, ideal para quienes buscan un cuidado de la piel efectivo y conveniente.
¿Listos para un cuidado facial excepcional? Comienza aplicando la crema en tu rostro: en la nariz, los pómulos, la frente y la barbilla. Después, agrega un toque de agua y masajea suavemente en círculos, ejerciendo una leve presión. Notarás cómo la crema azul se transforma en un suave blanco mientras disfrutas de una sensación refrescante. Una vez que hayas masajeado lo suficiente y sientas la frescura, simplemente retira la crema con abundante agua. ¡Tu piel está lista para recibir la crema ultrahidratante!
- Probióticos
- Tensioactivos
- Arcilla Blanca
- Aceite de ricino
Nuestra crema limpiadora facial es una maravilla natural. Contiene aceite de ricino y aceite de comino negro que trabajan juntos para limpiar profundamente la piel y mantenerla joven. El caolín se encarga de eliminar el exceso de grasa y toxinas, dejándote una piel fresca y suave. Pero lo que realmente hace que esta crema sea especial es su tecnología probiótica, que ayuda a equilibrar tu piel y la hace lucir radiante, firme y saludable
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Pack Nutrición y suavidad
El Hombre que Deja Huella
Hombres que entienden el poder del detalle.
Presencia medida, elegancia afilada, control absoluto.
El cuidado personal no es rutina:
es un gesto silencioso de superioridad.
Fórmulas precisas, texturas que se sienten como una segunda piel y un diseño que respira discreción y autoridad.
Cada envase es un objeto.
Cada aplicación, un ritual.
Lujo sin estridencias. Solo excelencia.
La verdadera sofisticación es coherente.
Materiales duraderos, procesos limpios
y una filosofía simple:
hacer menos, pero hacerlo impecable.
Sin proclamas. Sin marketing verde.
Solo buen criterio.